La vida en suspenso

Nos tocó suspender la vida. El cambio nos tomó por sorpresa y el imposible duelo al pasado, por la inmediatez de los hechos y la necesidad de asimilar pronto la nueva cotidianidad, perturbó nuestra marcha de equilibristas del mañana.

Este nuevo juego no consistía en avanzar. Permanecer en la cuerda floja era el reto, suspendidos en un equilibrio forzado que previniera nuestra caída al abismo. Quienes perdieron a sus seres queridos se vieron privados de los ritos fúnebres, despedidas intempestivas que quedaron, también, suspendidas.

Esperar, suspender, los duelos suspendidos, lo irresuelto… todas estas son nociones que se repiten constantemente en mis obras, consecuencias de la violencia tangible de seres humanos contra sí mismos. Este tipo de duelo nunca ha sido ni será algo que se pueda aprender o comprender completamente si no se ha vivido, pero se interioriza a través de la participación afectiva que la experiencia del dolor nos permite. Es a través del reconocimiento del dolor, condición compartida, que podemos comprender al otro en su dimensión humana, es decir, en nuestra igualdad.

Sin embargo, habitar un suspenso mundial, un estado de expectativa desesperanzado nos turbó. Todos, colgados en una cuerda floja, esperábamos a que alguien pusiera una malla salvavidas para poder tirarnos, cansados de intentar permanecer en equilibrio tanto tiempo.

El arte, también en suspenso. Al menos para mí que siempre he concebido el arte desde la relación directa con los objetos, con la presencialidad de los cuerpos, los susurros reflexivos y en el habitar los espacios sagrados de duelo. Nos aterrorizó lo oculto del aire. La distancia era la mejor forma de mantenernos lo más cerca que podíamos, en la vida. La lejanía más atemorizante, la muerte. Estar lejos pero presentes, vaya paradoja, era, incluso, una muestra de amor.

Intocables, nuestros cuerpos, las pantallas se volvieron las ventanas de nuestras casas. Y, si bien ya estábamos abocados estos dispositivos, estos se convirtieron en nuestra única salida, nuestra única opción de conservar nuestras relaciones humanas, nuestros lazos sociales; ahora sí, completamente mediados por la tecnología, nos gustara o no.

Varias conversaciones a la distancia nos permitieron sostenernos. Esos lazos invisibles solidarios, a algunos, nos permitieron aguantar en equilibrio. Si bien no pudimos encontrarnos cuerpo a cuerpo para hacer arte, para hablar de arte, o de la vida… nos buscamos, buscamos habitar los “espacios” virtuales, hallamos las estrategias para mantenernos en comunidad, para seguir pensando la creación, con la palabra como sostén de nuestras soledades. Después de cada palabra cruzada y aterrizando de esta turbulencia que pareció sin fin, y aunque todavía arrecian los vientos, puedo tocar nuevamente la tierra, plantar ideas y convencerme de que “esto también pasará”.

ErikaDiettesOratorio

Muchas gracias a quienes nos reunimos a charlar, entre ellos a:


ErikaDiettesFilbo2020

A la Feria Internacional del Libro de Bogotá (FILBO) 2020, quienes me invitaron a conversar con Claudia Morales en el espacio denominado: “En el dolor es donde todos somos iguales” que se llevó a cabo el 8 de agosto de 2021.



Al programa de Ciencia Política de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad San Buenaventura, que me invitó al conversatorio “El arte de sanar las heridas de la guerra” en el marco de la la Semana del Politólogo del 2020.



Al profesor Fabio López de la Roche que me invitó al conversatorio “Artes plásticas y literatura para la verdad y la reconciliación” en el marco de la cátedra NACIÓN, REGIONES, CULTURAS Y CIUDADANÍAS de la Universidad Nacional de Colombia. Como siempre un gusto enorme y un honor compartir charla con Juan Manuel Echavarría. Y un gusto enorme por primera vez compartir panel con el escritor Jorge Eliecer Pardo.



Al grupo la red Transformative Memory Partnership, un grupo de investigación a nivel internacional e interdisciplinar con origen en la Universidad de British Columbia en Canadá, del que hago parte desde el año 2019 y con quienes tuve el honor de conversar acerca de archivo digital en la construcción de memorias de las violencias, las guerras y los conflictos.



A Canal Capital que me invitó a Conversaciones en casa, en su capítulo de estreno del 12 de octubre de 2020 para hablar con Tatiana Duplat de crear para sanar.



A la Red cultural del Banco de la República Pasto, por invitarme a participar de la primera jornada de programación del Seminario SUR, en una conferencia titulada “Río Abajo, Sudarios y Relicarios: archivos emocionales custodiados desde el Umbral”, llevada a cabo el 13 de octubre de 2020.



Al Museo de Arte de Puerto Rico (MAPR) que me invitó a participar de esta charla con el artista puertorriqueño Víctor Vásquez y con la mediación de la curadora y artista Alicia Candiani.



A la Red de Ética, Cultura, Creación, Ciencia, Tecnología e innovación para la Paz de la Universidad Nacional de Colombia (Red Paz), qué me invitó a ser parte de la octava sesión del curso “Del conflicto armado a la construcción de paz”



A la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) que me invitó a la la primera conferencia internacional 'RESPUESTAS EMERGENTES A ATROCIDADES CONTEMPORÁNEAS', una discusión global sobre justicia transicional donde participaron expertos de países como Suiza, Sudáfrica, Argentina, Sierra Leona, Perú, Chile, Irlanda, El Salvador, Etiopía y Canadá.



A las y los jóvenes del proceso Círculos de Convivencia y a las Promotoras de Vida y Salud Mental - Provísame, que me invitaron al evento de premiación de los ganadores del Concurso La Paz Nos Mueve, en el marco de la conmemoración del Mes por La Paz, el 17 de septiembre de 2020.



A la revista Arteria, que me invitó al espacio OTRO DÍA MÁS, para compartir reflexiones con Tatiana Duplat y Diego Guerrero, el 19 de agosto de 2020.



Al Centro Ana Frank, Argentina, quienes me abrieron las puertas a su Espacio de pensamiento joven 'Otto Frank', en un encuentro que se llamó “TESTIMONIOS A TRAVÉS DE LA OBRA DE ERIKA DIETTES: EL CONFLICTO ARMADO INTERNO EN COLOMBIA” y que se llevó a cabo el 8 de agosto de 2020.



A Luma Creations, desde Liverpool, UK, y a su director creativo Francisco Carrasco, con quien conversé acerca del arte en tiempos de COVID-19 y las esperanzas, entre otros temas, en un encuentro que se llevó a cabo el 23 de junio de 2020.



Al festival australiano Head On, quienes me invitaron al panel “Photography, trauma and healing”, que se llevó a cabo el 7 de mayo de 2020, en el cual tuve el honor de conversar con el profesor Alasdair Foster, con el fotógrafo David Dare Parker y con el psicólogo Tom Gross.



A la Corporación Adagio y a Conciudadanía, que me invitaron a conversar con el colectivo de memoria de San Vicente Ferrer, Antioquia, en un encuentro denominado “Arte y memoria para una narración profunda de lo que nos pasó” llevado a cabo el 4 de mayo de 2020.



A Iosekura, que me invitó a esta tertulia con el fotógrafo Mauricio Vélez en un encuentro denominado “El retrato de la Memoria” que se llevó a cabo el 22 de abril de 2020.



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